La separación de poderes es un principio fundamental en cualquier Estado con una democracia funcional y medianamente equitativa. Este principio establece que el poder estatal debe estar dividido en tres ramas independientes: La legislativa, la ejecutiva y judicial. Cuando un solo órgano concentra el poder, existe el riesgo de que extralimite sus funciones, ignorando los derechos y libertades de los ciudadanos. Esta forma de gobierno actúa como un freno para evitar los abusos de autoridad del gobernante. Hoy, en Colombia, la separación de poderes se encuentra en riesgo y eso genera preocupación.