Un día leyendo a Nietzsche, aunque sin entenderlo mucho, durante una de esas pausas que realiza todo lector, entré en un embeleso, me quedé mirando fijamente un punto etéreo en el espacio-tiempo, y aunque estaba consciente, tenía una gran dificultad para volver al autor.
Durante ese congelamiento de la voluntad que padecí, en mi cabeza rondaron dos preguntas: ¿Qué es leer? ¿Por qué leer? La pregunta es importante, pero es aún más importante su respuesta, por tanto, aquí se exponen algunas ideas acerca de lo que significa leer y las motivaciones para hacerlo.
(Ver también: VOLVER A EMPEZAR )
Leer es una actividad estimulante y, la RAE la define como el entendimiento o interpretación de textos de un determinado modo. Otra definición de leer es el acto de descubrir por indicios, los sentimientos y pensamientos de alguien, o algo oculto que ha hecho o le ha sucedido. Ahora bien, más importante que la definición, es conocer las motivaciones hacia el acto lector, pues estas nos ayudan a responder la segunda pregunta.
Leemos porque tenemos tiempo para el ocio, queremos entretenernos o descansar. Pero el tiempo es un recurso escaso, y es necesario gastarlo bien, por eso hay que escoger las lecturas, y aquí entran a tomar parte los intereses individuales. Si el novel lector quiere disfrutar, yo le sugeriría empezar por algo atrayente y llamativo. Los cuentos de terror o suspenso y las novelas policiacas puede ser un buen arranque.
Leemos porque con ello fortalecemos nuestra capacidad de comunicarnos. La comunicación es una de las habilidades blandas más demandadas en el mundo moderno; y leer nos ayuda a mejorarla y de paso, nos mejora la relación con el otro. La lectura mejora nuestra destreza oral inyectándole claridad, orden y pulcritud a las palabras que damos a los demás.
La lectura nos conecta con lo humano, pues al comunicarnos mejor, nos hacemos más empáticos con el entorno social que habitamos, así pues, quién lee es capaz de ponerse en el lugar del otro y entender mejor sus traumas; pero lo más importante es que, una persona que lee jamás empuñará un arma contra otro.
(Ver también: DESARRAIGO)
Leemos porque queremos estar informados y así saber qué es lo que pasa más allá del mundo limitado que tenemos. Leemos para tener una posición acerca de los eventos que pasan en la geopolítica de hoy. Al leer prensa, es importante ir a la sección del editorial y de opinión; en estas secciones, además de conocer la posición oficial del periódico o revista, se conocen los puntos de vista de expertos que escriben sus juicios acerca de diferentes temas.
Quién lee expande su mente, toma ideas de otros para sí; amplía sus puntos de vista, mejora su cosmovisión. El buen lector aprende a identificar información sesgada, y logra diferenciar entre lo real, lo falso y lo imaginario. El lector necesariamente se convertirá en un ser mucho más intuitivo.
Leemos porque queremos aprender, interiorizar nuevo conocimiento, aunque para esto no solo basta con leer, también es necesario estudiar. Más allá del proceso lector, si se quiere aprender algo nuevo, es necesario estudiarlo, y aquí se involucran dos aspectos que nada tienen que ver con la lectura: Tiempo y estrategias didácticas.
(Ver también: LECTORES CAFRES)
Finalmente, quién lee, necesariamente llegará a escribir. Escribir permite denunciar, nos hacemos veedores sociales, desarrollamos el acto de opinar, leemos porque queremos escribir y sabemos que eso es lo único que nos diferencia de los animales.
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