miércoles, 1 de enero de 2025

COMENZAR DE NUEVO

 Siendo el tiempo una secuencia infinita de sucesos, sin un principio y final determinado, podemos poner un origen en cualquier momento. En cualquier punto se puede empezar; y con la visión esperanzadora de nosotros los humanos, que tenemos la creencia de qué lo mejor está por llegar, podemos pensar que un nuevo inicio será mejor que el anterior. Pero, para qué eso no sea sólo una esperanza y sí una realidad, necesariamente debemos mirar atrás, entender qué hicimos bien y poderlo mejorar, o encontrar en qué nos equivocamos para evitar repetirnos. Debemos mirar atrás para agradecer, porque el agradecimiento debe ser una actitud y no una muletilla.

El 2024 fue un año al que le debo agradecer por lo mucho qué me enseñó. Me enseñó a soltar, a irme con amor y no alejarme con ira; este año me enseñó que es posible cumplirme y que la constancia es una actitud esperanzadora qué al final da sus resultados y se justifica. Este año aprendí que debo pensar dos veces y no reaccionar a la primera, me enseñó que es posible tener más de un propósito para vivir. A este año le agradezco porque aprendía reconocerme en falta, y que esta puede ser un impulso para superarla. El 2024 me mostró qué ante la eternidad del universo, cualquier momento es bueno para empezar, no importa la edad.

Pero la vida sigue y es tan importante lo hecho, como lo que se deberá hacer; por eso, para el 2025, quiero aprender algo de cada día, al final tendré 365 aprendizajes nuevos incorporados en mi existir. Quiero contribuir positivamente a otros, intentar dejar recuerdos bonitos en las personas que me cruce; en el mundo actual existen muchas personas emocionalmente dañadas, quiero mirarlas con más compasión, tratarlas con más cuidado y delicadeza. Pero el principal propósito que tengo está en disfrutarme el hecho de vivir, gozarme y alegrarme por la existencia. Pienso qué sin importar la verdadera definición del éxito, una persona alegre siempre será exitosa.

Para este año deseo encontrar más espacios para el sosiego y la calma, quiero escribir y leer más. Ambas actividades permiten alegrar el alma, y evitan la activación del piloto automático en la vida; pues obligan a tener una visión contemplativa de lo cotidiano, exigen una reflexión más profunda de los fenómenos y, consecuentemente, permiten producir ideas más diáfanas y cristalinas. Hay que vivir despacio, inervados, vivir conscientemente para eliminar angustias y miedos. Hay que vivir sin tanto ruido.

Aunque es un lugar común desear un feliz año, hoy quiero aprovechar ese cliché y hacerlo con ustedes: Les deseo un feliz año. Pero antes, quiero recordarles y recordarme que, los años felices se construyen todos los días, sin importar las fallas y errores. Así pues, creo firmemente que este 2025 está hecho para volver a intentarlo, una y otra vez, este es un año para comenzar de nuevo.


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