Hace algunos días, mientras me encontraba detenido por el tráfico, empecé a hablar con el taxista que me transportaba acerca de la situación política y económica del país. El conductor, en medio de su desconocimiento, me hizo una pregunta, qué se hace la mayoría de las personas en un país como el nuestro: “¿Por qué a un país como Colombia, lo afecta tanto, si sube o baja el dólar y en general, lo que pase en Estados Unidos?”.
Entre el 15 y el 19 de enero, se realizó en Davos el Foro Económico Mundial, con el tema de volver a construir la confianza. La guerra de Rusia-Ucrania, el conflicto entre Israel-Hamas, las restricciones comerciales entre EEUU y China, la amenaza del cambio climático y del riesgo que hay en la masificación de la IA, socavan la confianza mundial, e hicieron que líderes políticos y económicos, se reunieran para pensar en cómo superar esta crisis. No existen mayor confianza que la de un bebé en los brazos de su madre, o la que pone el planeta en las manos de sus líderes. Es importante que una nación escoja un buen líder, consciente del mundo económico en el que está inmerso, y del impacto, en la confianza sobre su país, de las palabras que lanza.
Un día leyendo a Nietzsche, aunque sin entenderlo mucho, durante una de esas pausas que realiza todo lector, entré en un embeleso, me quedé mirando fijamente un punto etéreo en el espacio-tiempo, y aunque estaba consciente, tenía una gran dificultad para volver al autor.
Durante ese congelamiento de la voluntad que padecí, en mi cabeza rondaron dos preguntas: ¿Qué es leer? ¿Por qué leer? La pregunta es importante, pero es aún más importante su respuesta, por tanto, aquí se exponen algunas ideas acerca de lo que significa leer y las motivaciones para hacerlo.
Hace días me encontraba hablando con un joven músico, de esos que se encuentra transitando a plenitud por la mocedad. Era una conversación fluida, y como mi nivel de ignorancia musical no me permite distinguir entre un Do y un Fa, debido a que me era imposible debatir, yo solo tenía derecho a escuchar, por tanto, no tuve más alternativa que dedicarme a aprender.
En la última semana del año, mi mejor amigo empezó un proceso de desapego de su novia, porque ella decidió terminar la relación. Ellos tenían la fea costumbre de cortar y volver quincenalmente, pero en esta oportunidad fue diferente; ella, en medio de una discusión, de manera definitiva le dijo: “Se me acabó el amor por vos y en un día”. Ante semejante sentencia, mi amigo entendió que esta vez fue definitiva y no había vuelta atrás. Sí, ella, que tanto amor le profesaba, lo dejó de tajo.
El futuro es un viaje que se recorre con los zapatos de hoy, por un camino de tiempo medido en años, donde lo importante es el aprendizaje, la sinceridad y el coraje que cada uno le impone. Es un viaje que se hace solo, aunque se esté acompañado, y en el cuál la única opción es despojarse de las “verdades eternas” para caminar liviano. Es un viaje en que cada año trae sus rarezas, aunque cada año es más extraño que el anterior.
