El futuro es un viaje que se recorre con los zapatos de hoy, por un camino de tiempo medido en años, donde lo importante es el aprendizaje, la sinceridad y el coraje que cada uno le impone. Es un viaje que se hace solo, aunque se esté acompañado, y en el cuál la única opción es despojarse de las “verdades eternas” para caminar liviano. Es un viaje en que cada año trae sus rarezas, aunque cada año es más extraño que el anterior.
(Ver también: VOLVER A EMPEZAR)
Durante el camino recorrido por el 2023, nos encontramos algunas rarezas que resaltaron. En la guerra Rusia-Ucrania, la contraofensiva ucraniana no mostró los avances militares esperados, lo cual es raro porque Ucrania ha contado con todo el apoyo de la OTAN. Por su parte, en Rusia, el principal grupo de mercenarios, el grupo Wagner, se reveló a seguir las órdenes de Moscú. Este hecho es raro, porque Rusia se quedaba sin su principal aliado militar en el terreno; pero lo realmente curioso de esto, es que dos meses después de esa revuelta, el líder de Wagner muere en un extraño accidente aéreo.
Un hecho raro y cruel sucedió en Turquía y Siria. Estas dos naciones fueron devastadas por uno de los terremotos más mortíferos en los últimos 100 años. En medio de esta catástrofe, un niño recién nacido es rescatado vivo, con el cordón umbilical vinculado al de su madre que yacía muerta a su lado.
De otro lado, en Israel, un comando del grupo Hamás perpetra una masacre en zonas fronterizas con la franja de Gaza, en la que murieron 1200 personas y fueron secuestradas 240 más. Lo extraño es que, Israel es uno de los países con más inversión en seguridad e inteligencia militar, y a pesar de ello, sufren semejante ataque sin ningún tipo de reacción para repelerlo.
El ámbito político no escapa a las rarezas de este 2023. Brasil y Argentina, históricos socios comerciales con agendas económicas compartidas, eligen gobiernos de tendencias opuestas. En Brasil, el líder sindical de izquierda, Lula Da Silva es elegido nuevamente presidente, mientras que en la Argentina elige al libertario derechista Javier Milei.
En el ámbito científico, no se puede olvidar que este 2023 fue particular, por el renaciente interés de las potencias mundiales en retomar la exploración lunar. Este nuevo interés en el satélite terrestre ha provocado una carrera espacial recargada, en la que India y China son los líderes, o parece que llevan la delantera.
Pasando de largo por los asuntos económicos, sin detenernos en las cifras, se puede mencionar que este año ha sido insólito, porque en todas las economías del mundo hay una persistencia inflacionaria explicada por los altos costos de la energía, pero al mismo tiempo, se observa un bajo crecimiento y un debilitamiento del dólar.
(Ver también: DECISIONES)
Ahora bien, el 2024 es un nuevo viaje, una nueva vuelta al sol del planeta azul, y desde el punto de vista del ánimo, los hombres sentimos los años nuevos con perspectivas más positivas; aunque siendo realistas, el aspecto del año nuevo estará atravesado por las vivencias o extrañezas del año anterior. Lo más triste que podría pasarnos como sociedad, es no capitalizar los recuerdos del año pasado, cayendo en el error de empezar a acumular recuerdos de mentiras, sin una proyección de futuro.
El futuro se construye con los actos de hoy. Son nuestros actos cotidianos los que transforman el futuro que viviremos. Un ejemplo para los más creyentes: ¿Qué hubiera pasado con Moisés si la hija del Faraón no lo hubiera rescatado del Nilo? Seguramente no habría existido el antiguo testamento y todo su relato mítico, sin el acto altruista de la egipcia.
Sin dudas, el futuro es un camino que se recorre en presente, con las mismas extrañezas del mundo globalizado de hoy, al ritmo de cada individuo para trabajar, amar y vivir; es un viaje a pie cuyo final último conduce a la misma parte. ¡Así qué buena suerte en este nuevo viaje!
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