domingo, 26 de febrero de 2023

EL AÑO DEL HORROR

El 24 febrero de 2022 las fuerzas rusas invadieron A Ucrania, una incursión a gran escala que se ha convertido en una guerra prolongada, con miles de muertos y más de 13 millones de desplazados, un conflicto que ha provocado una crisis económica global y ha hecho resurgir el temor de una amenaza nuclear. Un año del horror en el cuál la guerra reemplazó a la diplomacia.

Rusia y Ucrania mantienen un conflicto desde 2014, cuando Rusia invadió y se anexionó la Península de Crimea con el objetivo militar y geopolítico de tener acceso a mares más cálidos que le permitieran desarrollar una armada militarmente fuerte, y al mismo tiempo, tener controlado todo el mar Negro. Pero el presidente Putin argumentó que su objetivo era desnazificar a Ucrania protegiendo a la población del Dombás que en su mayoría es prorrusa.

Ahora bien, lo que inicialmente se planeó por parte del presidente ruso como una operación rápida para liberar a Ucrania, se convirtió en una guerra de desgaste, pues el ejército ucraniano ha resistido valerosamente, casi que, con los dientes, el asedio rojo, obligándolo, en algunas zonas estratégicas, al retroceso.

Pese a estos reveses, el mayor logro ruso es el territorio ucraniano que hoy controla. Manteniendo su posición militar en el este ucraniano con la anexión; que muchos países de la comunidad internacional consideran ilegal, de cuatro territorios, consolidó el poder ruso en el Dombás y estableció un puente terrestre desde la frontera de Rusia hasta Crimea, que incluye las ciudades como Mariupol. Una jugada geopolítica brillante, pues une, por vía terrestre, a Crimea y sus puertos con la zona continental del país.

Muchos analistas coinciden que la idea de “desnazificar” a Ucrania, en realidad era la excusa de Putin para contrarrestar el acercamiento de la Ucrania postsoviética hacia occidente, específicamente hacia la OTAN, la alianza político militar liderada por Estados Unidos y que reúne a las potencias occidentales.

Aunque no ha habido indicios de agresión directa de la OTAN a Rusia, Putin siempre ha visto este acercamiento como una amenaza a su territorio, y ha exigido la OTAN retroceda en su expansión y retire su infraestructura militar de Europa Central, de Europa del Este y del Báltico, donde la extinta Unión Soviética tenía su área de influencia. La OTAN ha argumentado que nunca tuvo la intención de desplegar tropas de combate en su flanco oriental hasta que Rusia se anexó a Crimea en 2014.

La OTAN ha reiterado que no enviará tropas a esta guerra para pelear a favor de Ucrania, ya que formalmente Ucrania no pertenece a la organización, pero muchos de sus Estados miembros sí han enviado apoyo militar a Ucrania. Lo cierto es que Ucrania jamás hubiera podido resistir y hacer retroceder al ejército ruso, sino hubiera recibido el apoyo militar, hasta ahora solo en armamento, por parte de la OTAN.

La guerra también ha dejado al descubierto las debilidades militares y económicas de Rusia. En el campo militar, su ejército ha tenido grandes reveces estratégicos que ha soslayado con sus evidentes crímenes de guerra contra civiles; en el ámbito económico, aunque en apariencia el país ha resistido las fuertes sanciones internacionales, y a pesar de que es un protagonista en el mercado de la energía mundial, su economía se ha visto tocada y su población civil es la que está llevando la peor parte; sin mencionar el impacto en las economías globales, que han visto desde lejos, como este conflicto contribuye a la gran crisis inflacionaria que están viviendo. 

Por ahora no se vislumbran en el horizonte un fin a este conflicto, China y algunas otras naciones intentan, por lo menos delante de la prensa, buscar una solución que permita parar la guerra y evitar que esta suba su nivel. Pero es imposible apartar de la memoria el fantasma de la guerra nuclear.

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1 comentario:

  1. En las guerras siempre hay ganadores y perdedores: gana la industria de las armas, compañías energéticas, algunos proveedores, China, la OTAN, entre otros; pierde el pueblo, los muertos, la destrucción, el desplazamiento y la inversión que es grande para una buena defensa. Sabemos que la guerra va a terminar, lo que no se sabe es cuando, seguro hay muchos intereses en medio, se estarán tejiendo grandes cosas, mientras tanto la táctica es: “sigamos infundiendo miedo”, sembrando caos y desorden.

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