Mientras Rusia y Estados Unidos se muestran los dientes por una posible invasión a Ucrania por parte del Kremlin y los estados que pertenecen a la OTAN, envían mensaje dicotómicos, en los que por un lado advierten al gobierno ruso de las consecuencias que tendría que pagar si decide llevar a cabo su plan militar en el país eslavo, por otro lado, le dicen: “Tranquilo, todo bien, esto no es para tanto, no hay necesidad de pelear”; en el ámbito local, la cosa política está para alquilar palco con todo incluido.
Esto se dio, justo después de que el declarado caudillo de la izquierda colombiana, llegara de su visita papal qué por demás, fue ofensiva, pues lo hizo como si ya él fuera el líder del estado colombiano; faltándole solamente su comitiva diplomática y el uso del avión presidencial. Pero esta visita no solo es ofensiva por el atrevimiento del político colombiano, sino por lo laxo que se muestra el líder de la iglesia católica con personajes sin un cargo oficial, aunque con alguna relevancia política. Es decir: el papa Francisco, si recibió a Gustavo Petro, quién es un peatón ilustre, podría recibir a cualquier colombiano de a pie.
(Ver: MAGNICIDIO COLOMBIA)
De otro lado, la función se pone candente o si se quiere; erótica, cuando la exsenadora y prófuga de la justicia colombiana, Aida Merlano, desde su refugio en la vecina Venezuela, atendiendo, muy amablemente y sin mayores reparos, una video conferencia con la Corte Suprema de Justicia, reveló, como en el año 2016 sostuvo un romance con Alejandro Char Chaljub, un millonario político de la derecha, quién, aunque aún no despega en la intención de votos del electorado, sí podría ser un posible competidor del bebedor líder de izquierda.
Estamos de acuerdo que el problema no es que el doctor Char tenga amante, eso es un asunto de él y su familia; ni mucho menos que al doctor Gustavo Petro le caiga mal el trago, eso será una dificultad que debería atender con su terapeuta. El problema es que ambos, muestren sus debilidades y lascivas pasiones en un país pacato y timorato cuando están aspirando a la presidencia y la comedia política apenas comienza.
Definitivamente Colombia es un país en el que además de la corrupción, el licor y las infidelidades se pasean por la clase política y sus instituciones, como lo hacen las prostitutas en los cabarés de mala muerte de cualquier zona de tolerancia de cualquier capital grande o pequeña del país.
(Ver:EL 2021 FUE EL AÑO DE LA ESPERANZA, MIENTRAS QUE EL 2022 SERÁ EL AÑO DEL ENCANTO)
Más allá del juicio moral, el cual no me compete y tampoco quiero asumir; si puedo decir que lo único que nos resta es votar bien, elegir gobernantes con capacidad técnica para tomar decisiones políticas y económicas acorde a la geopolítica mundial, que sean personas moderadamente equilibradas desde el punto de vista mental para que puedan dar alguna solución a los problemas sociales que nos acompañan, evitando que el país se balancee entre la resaca y la infidelidad.
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El problema ético y moral en Colombia es grande, en la vida todo son elecciones, elegir bien no es fácil, lo mejor que podemos hacer es analizar las conversaciones en los debates, las propuestas de cada partido, que al final son solo eso propuestas, así que debemos contribuir al país saliendo a votar y me imagino que ese voto va a hacer de acuerdo con la forma de vida de cada uno. Les dejo esto por acá: La voluntad siempre se mueve y elige en virtud de los bienes presentados como valiosos por las facultades representativas: inteligencia y razón. No pares de escribir.
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