domingo, 18 de julio de 2021

¿QUIÉNES SON LOS DE LA “PRIMERA LÍNEA”?

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Sorprende el protagonismo que algunos medios de comunicación; por capturar la “chiva” noticiosa del año, le dan a integrantes del recién formado grupo “Primera Línea”. Abren los micrófonos de sus medios a personas, presumiblemente jóvenes, con rostros cubiertos por un capuz y armados con espontáneos escudos, palos afilados y hasta con filosos machetes.

particular extrañeza esa amplitud de los medios de comunicación con un grupo de neocavernícolas, que han generado el caos en las principales ciudades de Colombia; en medio de una coyuntura que juntó los efectos de una la larga pandemia con el embate de protestas sociales violentas, bloqueos  de vías y vandalismo de los bienes públicos afectándose así el crecimiento y la sostenibilidad económica del país.

El vandalismo y la destrucción generalizada que este grupo ha producido en muchas ciudades grandes y pequeñas de Colombia, ha atemorizando a los empresarios, comerciantes y al sistema financiero en general que no han podido recuperar plenamente su actividad económica por las fuertes protestas violentas impulsadas por esta caterva de facinerosos.

Las personas que hacen parte de la “Primera Línea” son una mezcla entre un hincha de las barras bravas de cualquier equipo de futbol y el alter ego de un influencer en su máxima degeneración. Se caracterizan por el constante consumo de drogas y la ausencia de una visión de futuro.

Este grupo posee un lenguaje basto, agresivo, determinado por típicas frases como “abajo el capitalismo” y “fuera los políticos corruptos”; dejando ver su bajo o nulo nivel educativo y su pobreza intelectual, mostrando de paso, el por qué nunca tienen una propuesta real que permita un verdadero desarrollo social.

Fueron los responsables de sitiar ciudades capitales, de hacer ataques sistemáticos a la infraestructura pública en Bogotá, Medellín y Cali, así como en otros municipios cercanos a estas ciudades. Por sus métodos no convencionales para bloquear las ciudades ya falleció; en Bogotá, el ingeniero Cristián Camilo Vélez y en sus acciones violentas, intentaron quemar vivos a un grupo de policías.

No son un grupo romántico de jóvenes inconformes con El Gobierno, no; son un grupo terrorista urbano que cuyo modus operandi es una réplica exacta del actuar de los colectivos bolivarianos o de las milicias urbanas del ELN.

Por eso ante su irracional actuar, uno no deja de preguntarse ¿Quiénes son los de la primera línea para ser merecedores de la atención nacional? ¿Si no tienen nada bueno que aportar a la sociedad, cuál es su mérito? ¿A qué líderes quieren proteger cubriendo su rostro? ¿Son políticos o tienen aspiraciones políticas? ¿Son delincuentes comunes acostumbrados a dañar la sociedad y están aprovechado el momento para conseguir sus objetivos? Aún no sabemos.

Pero es claro que la sociedad no debe permitir que este tipo de grupos cojan más fuerza y ganen más protagonismo del que ya obtuvieron mediante el terrorismo urbano; lo cierto es que mientras el gobierno o los mandatarios locales los romanticen y empoderen, la “Primera línea” se creerá con autoridad para amedrantar a la sociedad.

Colombia es un estado de democrático, donde existen; por lo menos en teoría, la independencia de poderes; por lo tanto, el gobierno central y local deben garantizar la seguridad, movilidad y derecho a la libre empresa de los ciudadanos; y ante una amenaza de este tipo deberá desplegar todo la fuerza coercitiva de los organismo de seguridad.

Al mismo tiempo, el congreso deberá legislar para establecer el marco jurídico que le permita a la institucionalidad actuar de manera adecuada –no proporcional– para controlar el terrorismo urbano claramente diferenciado de la protesta social legítima.

De igual manera, el poder judicial, operando de manera coordinada con la fiscalía, cuando se realicen las capturas a las que haya lugar con el fin de neutralizar esta amenaza terrorista, realice los juicios respectivos de los acusados con medidas privativas de la libertad que puedan; mientras el acusado es o no vencido en juicio, servir como elemento disuasivo para los demás secuaces.

Es imperativo que el país endurezca las penas contra el vandalismo, el terrorismo urbano, los bloqueos, la destrucción del patrimonio público; pues el crecimiento económico es una consecuencia directa; entre otros aspectos, de la seguridad democrática, la real aplicación de justicia y la prevalencia del orden social.

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2 comentarios:

  1. Te felicito tienes un gran don para plasmar lo que creas en la mente lo haces muy bien, me gusta leerte indiferente del tema que escribas, siempre eres objetivo, critico y muy respetuoso. No te detengas.

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  2. Gracias al grupo de la primera línea y todas las movilizaciones sociales que han logrado, tenemos escasez en alimentos, se acaba con la vitalidad de las ciudades y seguimos en decadencia.

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Comentarios: